domingo, 5 de mayo de 2013

Aumentar la edad de pensión no ayuda al empleo ni a la productividad


Aumentar la edad de pensión no ayuda al empleo ni a la productividad


Desde hace un tiempo los fondos privados de pensión están ejerciendo presión sobre los políticos colombianos para logar la aprobación del incremento de la edad para alcanzar la pensión, media que solucionará los problemas de unos pero que incrementará los de otros.
En un país con un desempleo superior al 10% y con un subempleo o empleado informal que puede alcanzar el 40%, aumentar la edad de utilización es quitar la posibilidad de que la población joven consiga empleo, quieta la posibilidad de que exista un relevo generacional que inyecte energía nueva al aparato productivo.
En un país donde los jóvenes tienen los más altos índices de desempleo, extender la edad de jubilación afectará directamente a este segmento de la población.
Ahora, desde el punto de vista de la productividad no tiene mucho sentido obligar a los ancianos a trabajar y negar esa oportunidad a los jóvenes. La mayoría de las actividades productivas reales de la economía requieren de empleados en óptimas condiciones físicas para laborar. Solamente en la economía financiera, especulativa, prima la capacidad intelectual sobre la capacidad física.
No es gratis que a ninguna empresa le guste contratar empleados con más de 40 años. Los desempleados de esa edad saben cuán cierto es. Estas empresas menos querrán tener un anciano como operario donde su rendimiento físico puede ser menor y más alto los riesgos de un accidente de trabajo o de enfermedad. Ampliar la edad de jubilación fomentará las prácticas de intermediación laboral y contratación temporal para evitar tener un empleado de edad mayor, lo que a la vez le dificultará a estos alcanzar su pensión pues difícil será que consigan trabajo o que lo conserven.
En fin, la incrementar la edad de pensión sólo beneficiará las finanzas de la empresas privada que gestionan esos recursos más no ayudará a quienes están desempleados,  ni ayudará a las empresas que eventualmente se verán obligadas a tener en sunómina personas que por el desgate fisiológico y biológico natural causado por el paso el tiempo, les hará ser menos productivas.
En los últimos tiempos se han presentado modificaciones en la ley de pensiones para incrementar la edad de jubilación y se espera otro incremento en los próximos meses. ¿Estos incrementos obedecen a que ahora vivimos más años?
Al menos, el argumento del gobierno cada vez que incrementa la edad de pensión es que se debe a que la expectativa de vida de los colombianos se ha incrementado y según rumorea por ahí el DANE es de 74 y pico de años.
Es cuestión de estadísticas y las estadísticas se prestan para muchas cosas. Los mismos datos son útiles para exponer y justificar dos puntos de vista contrarios por lo que hay que mirar un poco más allá de los datos.
En efecto podemos darle credibilidad a las estadísticas según las cuales la expectativa de vida de los colombianos se ha incrementado en los últimos tiempos, sin embargo, ello no significa que ahora tengamos más probabilidades de vivir más tiempo que antes.
La expectativa de vida es una media y esa media se determina con los datos de los extremos de arriba y de abajo por lo que no es muy confiable.
La expectativa de vida se ha incrementado no porque se muera más viejo sino porque no se muere joven. Ese incremento obedece básicamente a la disminución de la mortalidad infantil.
Supongamos una media determinada por dos datos. Una persona que muere a los 100 años y otra apenas al año de vida. Allí tenemos una media de 50.5 años. Muy malo. Sin embargo, por la disminución de la mortalidad infantil hoy se puede tener otro escenario: una persona que muere a los 80 años y otra a los 50 años. La media ahora es de 65 años. La expectativa de vida mejoró para uno y empeoró para otro, pero él la media nos dice que los dos ganaron 14.5 años de expectativa de vida. Y ese ese es el dato que nos presentan como argumento para incrementar la edad de pensión.
En verdad, una simple mirada a los vecinos, amigos y familiares nos permite decir (sin ningún rigor técnico o científico) que las nuevas generaciones la tienen difícil para vivir los 90, 100 o más años que vivían nuestros abuelos, y  da la impresión que entre más avanzamos en el tiempo menos potencial de vida tenemos pues la mayoría de la gente que conocemos muere entre los 65 y 75 años.
Lo que hay en verdad es la posibilidad de que más gente llegue a vivir 70 u 80 años, pero hay menor posibilidad de que se viva más de esa edad. Por ejemplo, hace 100 años 10 de cada mil personas nacidas llegaba a 100 años de vida. Hoy apenas 2 lo harán. (Es una aproximación ilustrativa). Empero, hace 100 años morían 20 niños por cada 1000 personas nacidas. Hoy no más de dos. (Otra aproximación ilustrativa). Este cambio de las muestras hace que la expectativa de vida en su conjunto se haya incrementado pero ello oculta que el potencial de vida se ha disminuido en varios años.
Si seguimos incrementando la edad de pensión bajo este criterio, llegará el momento en que habrá muchos pensionados pero por unos pocos años, toda vez que morirán poco después de lograr la edad de pensión, puesto que  es una falacia que hoy se viva más que antes;  simplemente se muere menos joven, o dicho de otra manera, hoy más gente tiene la probabilidad  de morir un poco más viejos debido a la disminución de la mortalidad infantil o prematura. Es lo que esconden las estadísticas.
El escritor islandesa George Bernard Shaw dijo que “la estadística es una ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno”. Y es con ese razonamiento que se ha incrementado la edad de pensión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario